
Adolescentes y jóvenes que muestran su identidad en línea, pueden jugar con ésta libremente y construir sus perfiles electrónicos de acuerdo a sus gustos, pasatiempos y preferencias.
Una gran parte de los estudios dedicados a las redes sociales electrónicas, desarrollada especialmente en Estados Unidos, está dedicada al análisis de la representación de identidades juveniles. Danah Boyd, quien se ha dedicado al estudio de MySpace y Facebook, enfocándose en audiencias y usuarios estadounidenses, argumenta que los adolescentes tienen una gran oportunidad de expresar su identidad en estos espacios electrónicos.
De acuerdo a su investigación, los perfiles en línea son "cuerpos digitales" a través de los cuales nos representamos ante los demás, de la misma manera en que lo hacemos en el “mundo real”, a través de la ropa, los accesorios, la manera de hablar y de expresarnos con los demás.
Comunidades, redes electrónicas y perfiles en línea pueden reflejar entonces gran parte de la realidad que vivimos día a día. Subculturas de jóvenes emo, góticos, punk e incluso quienes podrían autoproclamarse fresas, todos pueden encontrar un espacio en la red de internet, en agrupaciones electrónicas que los reúnen de acuerdo a sus preferencias.
Sin embargo, los perfiles, comunidades y agrupaciones en línea, conocidas comúnmente no sólo reflejan parte de la realidad, además, influyen directamente en la misma. Los jóvenes que participan en espacios tales como MySpace, Facebook, Hi5, Tagged, entre otras redes sociales electrónicas (RSE) tienen la ventaja de comunicarse con otros jóvenes de muchas partes del mundo, pueden compartir sus intereses, intercambiar ideas, y aprender constantemente a través de la experiencia en estos espacios, influyendo así directamente en sus relaciones sociales y en la percepción de su realidad.
Publicidad e identidad
Así mismo, la participación de las RSE refuerza identidades juveniles que se diseminan a través de la red, mediante publicidad, videos, e imágenes que las audiencias se ven obligadas a digerir constantemente con tan sólo pasar de una página electrónica a otra, al igual que al cambiar de un canal televisivo a otro. Algunos de los efectos de este fenómeno, han sido ya discutidos por varios investigadores que están centrados en el análisis de la relación RSE-individuos, o en algunos de los efectos de las RSE.
La mayor parte de estos estudios se han generado en el seno de países desarrollados donde la brecha de acceso a la red es mínima, en comparación con países en desarrollo, tales como México, por ejemplo, en donde tan sólo alrededor del 20% de la población tiene acceso a internet.
Lo que me interesa resaltar en esta pequeña reflexión, es desde qué perspectiva puede analizarse esta relación RSE-individuo, en un país donde aquellos jóvenes con menos recursos económicos son la gran mayoría, y no tienen acceso a estos espacios virtuales, no sólo por cuestiones de escasez de capital económico, sino también por la incompatibilidad de otros tipos de capital tales como el capital social y el capital cultural de los que Bourdieu ha hecho referencia.
En México, como en muchas partes del mundo, la gran mayoría, no puede crear perfiles en línea que los representen, y mucho menos, pertenecer a agrupaciones virtuales que de alguna manera influyan en sus lazos sociales del “mundo real”, y en la percepción de su realidad.
Nos vemos entonces ante la necesidad de replantear los modelos de análisis empleados en Europa y Estados Unidos para investigar ciertos aspectos de la red, y en específico aspectos relacionados con las RSE y los jóvenes. Por tal motivo, aspectos económicos, sociales y culturales tienen que ser revalorados y tomados en cuenta para el análisis de estos espacios...
Continuará...
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